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“Nada, dos nadas”

…el pasado no está, puesto que ya no es; el futuro no está, puesto que todavía no es y el presente es un punto de tiempo…

El tiempo en el boxeo no puede ni existir ni no existir absolutamente: existe sólo relativamente en relación con el cambio, no hay tiempo sin movimiento ni cambio.

El tiempo en el boxeo no se reduce al movimiento pero no puede existir sin él y es por allí donde encuentra su medida. No se le puede asignar al movimiento, que ubica como tránsito y esencialmente inacabado un origen temporal, pero es necesario detenerse en su causa primera: tránsito de la potencia al acto que implica. El tiempo es infinito, el movimiento eterno.

“Nada, dos nadas”

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